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Gordon Matta-Clark, el artista que cortaba edificios

Viernes 3 de agosto a las 20:00h, tenemos el placer de invitaros a ESPAI TÒNIC al pase de la película y posterior conversación sobre “Gordon Matta-Clark, Jacob’s Ladder en Documenta 6”, por Harold Berg, coleccionistaartífice e ideista del metraje y Rodolfo Muñoz, traductor y responsable de la subtitulación al castellano. Los acompañará al debate el artista Guillermo Basagoiti

Todo el material utilizado en este film es inédito y original, es decir, que en su momento no fue públicamente presentado, pues se compone de metraje descartado de la filmación original destinada a realizar la película que mostrara la intervención de Matta-Clark para su participación en Documenta en el 1977. Documenta es una exposición de arte innovador que se celebra cada cinco años, y que viene realizándose en la ciudad de Kassel (Alemania) desde el año 1958, posterior y como reivindicación al expolio de arte sufrido a raíz de la segunda Guerra Mundial.

Estos metrajes muestran el proceso creativo del artista de manera altamente interesante pues más que centrarse en el resultado de la obra, nos permiten seguir paso a paso todas las reflexiones y vueltas que tanto él como sus ayudantes dan para llevar a término la intervención. Harold Berg, de origen Chileno y vecino del Empordá, gran conocedor y recopilador de la obra de Matta-Clark, es quien ha rescatado este material inédito y bajo cuyo criterio y directrices se ha llevado a cabo la presente pieza fílmica.

Esta manera de mostrar al artista y su obra, ya fue rescatada anteriormente por el mismo Harold y presentada en el Macba en el 2012 en relación a Office Baroque, la última serie de cortes en edificios (los célebres buildings cuts), que Matta-Clark realizó en Amberes entre mayo y agosto de 1977.

Para crear Jacob’s Ladder (la escalera de Jacob), la filmación que tendremos el placer de ver, Matta-Clark estuvo una semana paseando por la ciudad buscando el sitio perfecto para instalar la estructura de red, descartando un espacio tras otro, hasta que finalmente encontró cuatro hermosas chimeneas fuera de los espacios oficiales propuestos por la organización, de las cuales colgarles ingeniosamente su invento.

La elección de estos espacios fuera de los circuitos establecidos no es casual, sino que responde a la necesidad del artista de actuar o intervenir en entornos que le permitan tomar cierta distancia y que además tengan parte de incidencia en la población que los habita. Un acto como este a opinión de Matta-Clark, ha de tocar el entorno y llenarlo de actividad.

Vemos observadores pasivos de los alrededores, hombres mayores, trabajadores de alguna fábrica cercana y grupos de niños, alguno de ellos posiblemente a día de hoy aun recuerda ese hecho inexplicable e inspirador de ver subir una larga red tubular a la chimenea siempre presente de su barrio. Hechos asombrosos que tal vez a alguno de ellos influyeron posteriormente en la trayectoria de su vida, pues es  sabido que aleatoriamente un hecho puntual nos entusiasma o nos deja un marcado recuerdo al que luego volvemos sistemáticamente para encontrar fuerza o inspiración para nuestros proyectos personales.

El proyecto inicial de colgar una ancha red ocupando un espacio volumétrico de en medio de las cuatro chimeneas acabó transformándose en la escalera de Jacob porque, tuvieron ciertos problemas de entendimiento con los propietarios de las otras tres. Este contratiempo no fue tomado como tal, sino como campo de pruebas para posteriores obras. Ahí se deja ver la auténtica madera del artista.

En esta obra, Matta-Clark da un paso más en su proceso de trabajo pues invierte su metodología al dejar de sacar y cortar partes de edificios, para pasar a añadir, en este caso, metros y metros de red tubular, habitando con su dimensión volumétrica un espacio aéreo tan solo ocupado puntualmente por algún pájaro .

Como un soplo fresco de autenticidad oímos a un Matta-Clark relatar que a pesar de que las expectativas de la gente a medida que se va realizando el trabajo, vayan cambiando y vayan mejorando, esperando ver el resultado, las suyas son llegar al colapso. Ahí otra vez la fuerza descomunal que habita a este tipo de artista, la pasión del cual tenemos la suerte de conocer en vivo en el arte de nuestro vecino Guillermo Basagoiti.

Me encantaría poder transcribir los sentimientos contradictorios que muestran la clara expresión de Matta-Clark, hacia el final de la filmación, cuando después de tensar y tensar la pesada red a la altísima chimenea, surge la discusión de dejarla en su arco perfecto, pues si se sigue buscando la diagonal, se corre el peligro de que los palos travesaños que la mantienen abierta rompan, o bien la chimenea no aguante… perfecta alegoría instantánea de la lucha interna entre dejar la obra en su estado o buscar el colapso. Grande Matta-Clark, que decide dejar de forzar la polea tractel para dejar una impresionante Escalera de Jacob de casi 80 metros, en el extrarradio de Kassel.

La historia se repite una y otra vez, los deseos de las personas y los artistas encuentran a lo largo de los años parecidos anhelos y necesidades, Matta-Clark pide y sueña, que en diez años el panorama artístico cambie y que se llegue incluso a una cierta clase de activismo artístico o lo que el llama “arte activo”, pues denuncia que los circuitos de exposiciones y ferias muchas veces pecan de visión conservadora.
Es contradictorio y poético a la vez, que a consecuencia de Documenta, la feria o festival de arte con cierto aire “conservador” (a opinión del Matta-Clark de entonces), podamos a día de hoy estar visionando el interesantísimo proceso de creación de su obra.

Puedes descargarte aquí la HOJA DE SALA, con explicación y bio sobre Matta-Clark, de la mano de Rodolfo Muñoz

Imagen del cartel de presentación y las dos en blanco y negro gentileza de Harold Berg. Las otras son extraídas de la propia filmación.

Por Olga Solà i Viñas